Distintas psicoterapias: ¿Qué es la terapia de aceptación y compromiso?
Autor: Dr. Edilberto Peña de León
Hemos hablado previamente que no podemos agrupar a las psicoterapias en una sola forma estricta y fija, sino que se trata de multiplicidad de enfoques que se han creado para observar las emociones y el comportamiento humano desde diferentes perspectivas, y que de acuerdo a como se entiendan los fenómenos con estos múltiples “lentes”, poderlos usar por indicación en las diferentes situaciones psicopatológicas que nos plantea la existencia del ser humano. Es por esto que existen más de 30 diversos tipos de psicoterapias y cada una debe de ser utilizada para objetivos diferentes, por lo tanto, prescritas por un profesional que ya evaluó el caso y decidió que este era el elemento adecuado para la resolución del conflicto.
En el marco de las terapias cognitivo conductuales, que afloraron en la segunda mitad del siglo XX, es que actualmente contamos con el surgimiento de nuevas técnicas, como la metacognición, la terapia centrada en mindfulness o la terapia dialéctica conductual; todas ellas conocidas como una nueva revolución en el área de las psicoterapias. Es en este concepto encontramos la que nos atañe directamente el día de hoy: la terapia de aceptación y compromiso.
Terapia y relaciones humanas
Esta técnica se basa en la teoría de los marcos relacionales. Se trata de que los seres humanos establecemos relaciones de forma arbitraria entre diferentes estímulos de modo que no nos lo cuestionamos, ni en su vínculo, ni en el orden en el que se manifiestan. Estas son ideas preconcebidas, que sin darnos cuenta nos limitan en nuestro desarrollo adaptativo. Se trata de un producto de nuestra rigidez psicológica, que nos hace reaccionar de forma estable ante las mismas situaciones, sin preguntarnos si es la mejor forma de responder o no, solo lo hacemos así porque estamos entrenados para hacerlo de la misma forma.
La terapia de aceptación y compromiso nos lleva a ejercitar la flexibilidad como el centro de las herramientas. Esta famosa flexibilidad produce la sensación de vivir en el presente, de sentirnos claros evaluando y analizando todas las posibilidades, y nos da la posibilidad de adquirir un compromiso con nuestros valores, con el contexto de la realidad; evitar la respuesta automática, y producir una forma de actuar de acuerdo con el evento actual, mi forma de ser, acorde con lo que pienso, lo que siento y lo que está pasando.
Consecuencia de esta nueva dinámica es que nos convertimos en más eficaces en los resultados, optimizamos el tiempo para dedicarle a cada espacio de nuestra vida, pero sobre todo reducimos el barril sin fondo de las culpas sobre nuestras acciones.
Al trabajar con el terapeuta en estos constructos se descubren objetivos personales a conseguir en las siguientes sesiones, no los que son deseables o que dependen de los arquetipos sociales, sino los que quiere y desea obtener el paciente en cuestión, alineado a sus ideales.
Por lo tanto, los invito a abrir la mente al ejercicio de las psicoterapias, ya que cuando están bien se aplican en el momento justo y por las personas correctas, las personas podemos tener lo que deseamos resolver de forma más rápida, guiada y acorde a lo que somos; las herramientas están ahí, sólo hay que utilizarlas.